Hablemos gramaticalmente.
Mi vida es una oración. Yo soy el sujeto, el que "protagoniza" la oración. Tú eres el verbo, que indica la acción que realizo; sin tí mi oración no tendría sentido puesto que no hago nada. Nuestra historia es el predicado; el que dice qué, cuando, por qué, cómo y dónde ocurrimos.
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