miércoles, 29 de junio de 2011

Todo está en acostumbrarse.

Entonces es cuando se da cuenta,de que entre ella y él nunca podrá existir un futuro. Y maldice todo lo insano que habita en él; todo lo que impide, y lo que hace imposible aquel sueño. 
Ella no tiene la culpa de enamorarse, pues las ordenes las da el corazón. Asi que se sentará a esperar a que él cambie, o simplemente a algo más fácil... al olvido. Pero le mata la idea, de que una persona como él esté tirando su vida a la basura, ¡sin pensar en lo demás!


No hay más que hacer. Aquí, sentada, esperará, acostumbrada a vivir sin él.

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